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miércoles, 21 de enero de 2015

El precio del petróleo debe impulsar la economía mundial, dicen economistas en Davos.

Foto AP
Este año, la economía mundial se beneficiará de forma significativa de los bajos precios del petróleo, a pesar de los temores de deflación y persistencia del gasto débil, dijeron al  Financial Times destacados economistas que asistieron al Foro Económico Mundial.
Antes de la reunión en la localidad suiza de Davos, que comienza el miércoles, la mayoría de los economistas mostraron una perspectiva más optimista que el Fondo Monetario Internacional, aunque reconocieron que la recuperación ha sido desigual y estaban menos optimistas que hace un año.


Pero hubo preocupaciones específicas de que las economías avanzadas habían perdido la capacidad de repartir los frutos del crecimiento económico más ampliamente entre la población, lo que podría socavar las perspectivas futuras.

En respuesta a las divergentes perspectivas de la economía de EEUU y de la eurozona, se espera que el Banco Central Europeo dé a conocer el jueves un ambicioso programa de flexibilización cuantitativa, mientras que se prevé que la Reserva Federal de EEUU endurezca la política monetaria este año. Sin embargo, la mayoría de los economistas, entre ellos cuatro premios Nobel, consideraron que los mercados tomarían con calma estas medidas potencialmente desestabilizadoras.

Desde que los precios del crudo comenzaron a bajar el año pasado, la mayoría de los economistas y políticos han esperado que se acelere el crecimiento mundial porque el impulso que la energía más barata le daría al consumo en los países importadores de petróleo podría superar el impacto negativo en las naciones productoras de petróleo.

El martes, el FMI frustró algunas de estas esperanzas, al recortar sus pronósticos de crecimiento mundial tanto para 2015 como para 2016 en 0.3 puntos porcentuales. El FMI dijo que los profundos problemas subyacentes en la recuperación económica superarían el "estímulo" del petróleo más barato. El sentimiento negativo se exacerbó el martes cuando China registró su tasa más baja de crecimiento anual en 24 años.

Pero muchos de los economistas que asisten a Davos se muestran optimistas de que, a pesar de sus problemas, la economía global pueda superar estas dificultades.

Michael Spence, Premio Nobel del 2001 y profesor de economía de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, admitió que había problemas en algunas partes de la economía global, pero dijo que la energía más barata impulsaría las economías que han sufrido problemas de demanda.

A otro ganador del Nobel, el Profesor Chris Pissarides de la London School of Economics, no le preocupaba mucho la disminución de la tasa de crecimiento de China. "La desaceleración tenía que suceder y los chinos están preparados para ello", dijo.

Ian Goldin, profesor de globalización y desarrollo de la Universidad de Oxford, dijo: "Las perspectivas mundiales de crecimiento agregado superior al 3 por ciento siguen siendo buenas en términos históricos". Incluso los pronósticos reducidos del FMI predijeron un 3.5 por ciento de crecimiento en 2015, llegando a 3.7 por ciento en 2016.

Sin embargo, algunos economistas creen que el impulso a la economía global sería modesto y el efecto más grande sería una redistribución del ingreso de los productores de petróleo hacia los consumidores.

Mientras tanto, Edmund Phelps, director del Centro sobre Capitalismo y Sociedad de la Universidad de Columbia, dio una sombría evaluación de las perspectivas globales.

"Europa ha estado sufriendo una implosión y Asia necesita tiempo para construir una economía más innovadora, así que no espero crecimiento global apreciable en el próximo par de años", dijo. "EEUU puede haberse adelantado a sí mismo en el último año".

En general, había confianza entre los economistas de que los mercados podrían hacer frente a un relajamiento esperado de la política monetaria del BCE, al mismo tiempo que la Reserva Federal se prepara para subir las tasas por primera vez desde 2006.

Aunque es probable que el dólar suba más ante el euro, los movimientos se podían anticipar claramente - a diferencia de la decisión del Banco Nacional de Suiza la semana pasada de eliminar su límite máximo frente al euro.

Adair Turner, ex presidente del regulador financiero del Reino Unido y actualmente miembro del Instituto del Nuevo Pensamiento Económico, dijo que no había "razón por la cual el 2.5 por ciento de las tasas de interés de EEUU y el cero por ciento de la eurozona produjeran necesariamente una enorme inestabilidad".

Robert Shiller, profesor de Economía de la Universidad de Yale, quien ganó el Premio Nobel en 2013, dijo que podría no existir una gran divergencia en los mercados financieros más amplios, incluso aunque los dos bancos centrales se mueven en direcciones opuestas.

Sin embargo, un área de preocupación generalizada era cuán difícil se las habían visto las economías avanzadas para garantizar que los beneficios del crecimiento se distribuyeran ampliamente. La excepción fue el Profesor Kenneth Rogoff de la Universidad de Harvard.

"A medida que la recuperación continúa en lugares como EEUU y el Reino Unido, los salarios deben comenzar a fortalecerse notablemente en 2015", dijo.

Pero el Profesor Rogoff formaba parte de una minoría - otros economistas dijeron que el aumento de la desigualdad era tal vez el mayor desafío que enfrentan las economías industrializadas.

Anat Admati, profesora de economía de la Universidad de Stanford, dijo que "la evidencia de la significativa desigualdad de oportunidades en economías avanzadas es importante, ya que agudiza las divisiones políticas y puede desestabilizar gobiernos".

El Profesor Spence de la Stern School dijo que el mundo se enfrenta a "una difícil transición con respecto a la distribución. Las tecnologías digitales y las fuerzas del mercado mundial han desestabilizado a largo plazo los mercados laborales de los países avanzados".

Lord Turner añadió: "Antes de la crisis [financiera], el aumento de la desigualdad creó un ambiente en el que el consumo sólo podía crecer a un ritmo deseable si el aumento del crédito privado canalizaba el poder adquisitivo de los ricos hacia los pobres. Después de la crisis, con un crecimiento de crédito privado más comedido, nos enfrentamos a una deficiencia de demanda global".





Fuente: Diario Libre

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